martes, febrero 07, 2006

La última noche de Billy Branch (tercera parte)

Subo aquí más fotos del sábado. Pueden ver las del viernes si aprietan la palabra tiroriro, que es la onomatopeya de los instrumentos de viento.

Mientras, escucho un disco de Ornette Coleman que me prestó Octavio Herrero: Free Jazz, a collective improvisation by the Ornette Coleman Double Quartet. ¡Una belleza! Mi más viejo amigo se atrevió a recomendarme esta grabación porque me ha visto conmovido ante Eric Dolphy, que en esta grabación toca el clarinete (tiroriro), su instrumento de virtud.

El mismo Octavio y Cecilia, su esposa, me regalaron hace poco The Essential Eric Dolphy. Sabían ellos que yo distinguía en este músico a una verdadera Madre de la Invención, es decir, que en el angelino se evidencia una de las más importantes raíces de Frank Zappa, todas ellas reconocidas por el mismo prodigio de Baltimore desde los 26 años, cuando aparece Freak Out! (1966).

En este disco seminal, son mencionadas 179 personas como importantes contribuyentes en la música de las Madres: Sonny Boy Williamson, Buddy Guy, Albert Collins, Maurice Ravel, Silvestre Revueltas, Arnold Schoenberg, Elvis Presley, Ravi Shankar, Brian Epstein, Bob Dylan, Phil Spector, Capitán Beefheart, Charles Mingus, Pierre Boulez, Antón Webern, Igor Stravinsky, Willie Dixon, Guitar Slim, Edgar Varese, Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Eric Dolphy, Johnny Guitar Watson, Clarence Gatemouth Brown, Karlheinz Stockhausen, Big Mamma Thornton, Lightnin' Slim y Charles Ives, entre otros.


Como toda lista de supuestas influencias, se trata en realidad de una letanía de pasiones del momento (y ello define la personalidad del joven Zappa a los veintiséis años: un omnívoro del arte y la cultura de su tiempo). La influencia de varios no necesariamente puede detectarse, y acaso sólo sea un herencia anímica, espiritual, ideológica o lo que sea. Pero en el caso de Eric Dolphy, su peso en la música de Zappa es muy presente, y no me refiero únicamente a The Eric Dolphy Memorial Barbecue, pieza que aparece en Weasels ripped my flesh (1970) y, con letra, en The best band you never heard in your life (1991, aunque se trata de grabaciones hechas en 1988), sino a una manera general de concebir la música.

¿Saben qué vamos a hacer? Voy a subir tres piezas a la estufa color de rosa: Les, de Eric Dolphy; y The Eric Dolphy Memorial Babercue, de Zappa, en sus dos versiones (en estudio y en vivo).

Escuchémoslas en ese orden, y no se espanten de que la versión en vivo termine con El Danubio Azul. Muchos han pensando que ésta es una señal clara de que Zappa está parodiando a Eric Dolphy. Yo no lo creo, para mí se trata de un sentido homenaje (aunque la letra sea una payasada). Lo que pasa es que Zappa no sabe estarse serio: es de los que, en los funerales, cuentan chistes de necrofilia y hacen reír hasta a la viuda.

Si no encuentran la estufa arriba a la derecha, búsquenla hasta abajo. Ojalá puedan escuchar la música. Si no, pues llevo los discos a su casa y me invitan un whisky (cosa que voy a hacer con mi querido amigo Josefáin).

¡Vean esta foto, Las Señoritas del Dark!

Noticia de última hora: B.B. King perdió a su perrita, una maltés negra de dos años y cinco kilos llamada Lucille (qué raro). Si alguien la encuentra, comuníquese inmediatamente con Matthew Lieberman, agente del rey del blues, porque este gordo precioso ha prometido como recompensa una guitarra autobiografiada.

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