viernes, agosto 29, 2008

Carta y música de Luiz Márquez

Gante, Bélgica, a 29 de agosto de 2008

Estimado Agustín:

¡Hola! Espero que al escuchar y leer este mensaje todo se mueva como lo sueñas. Aquí te saludo. Mira que tiene rato que te quiero escribir, pero -como siempre- el tiempo nos devora a cada instante y sólo nos da oportunidad de hacer lo limitado para seguir de pie.

Quería enviar esto desde tu nota sobre Stockhausen.

Enlaces de Referencia

Stockhausen I
Stockhausen II
Stockhausen III

Sigue la carta de Luiz

¿Sabes? Yo trabajé dos años en el IPEM (Institute for Psychoacoustics and Electronic Music) en el Departamento de Musicología de la Royal Ghent University. Por eso estoy familiarizado con la música de Xenakys, de Stockhausen, de Julian Carrillo... No trabajo más con ella, pero sé de lo que se trata.

En el instituto sigue trabajando el Dr. Dirk Moelants, y él toca Viola de Gamba. A él lo conocí en el IPEM, y lo invité a grabar conmigo la pieza que te envío y la cual es composición mía. El título es Llorando en la Niebla. La grabé en el Museo de Bellas Artes de esta ciudad.

¿Por qué coincide? Por tu preocupación y reflexión por la muerte (la despedida). Espero te guste y te ayude hacer ligera la carga. Un abrazo y mucha música.

Luiz

PS: Por favor, da mis saludos a Lalo, a José Luis , a tu sobrina Elisa, a las Señoritas de Aviñón, a Vieja Estación y al personal del 61.

Mi respuesta a Luiz

¡Gracias, Luiz, por tus palabras y por el bálsamo de tu música! Llorando en la niebla es ungüento que alivia, y su pertinencia va más allá del placer físico. Al escucharla por enésima vez (llevo todo el día con ella), recuerdo al Chateaubriand de El Genio del Cristianismo: lo bueno es verdadero, y la verdad se muestra en la belleza; ética y estética se unen para alcanzar -para crear- a Dios. ¡Qué paradoja, Luiz! Llorando en la niebla se vuelve faro de halógeno y me ayuda a caminar en la bruma.

Y a propósito del instrumento del doctor Moelantz, déjame contarte que hace dos años compré un disco con música de Marin Marais (Pièces de viole, Vol. 2), interpretado por Jérôme Hantaï y Alix Verzier (quienes son acompañados en el clavecín por Pierre, hermano de Jêrôme). Marais es un francés de los siglos XVII y XVIII, famoso por su obra para viola de gamba y por su calidad interpretativa en dicho instrumento. Desde 1679 hasta su muerte, fungió como Ordinaire de la Chambre du Roy por la Viole de Luis XIV.

Imagina a Marais en la recámara del Rey Sol: tu tocayo desayuna envuelto en las nubes producidas por la viola de don Marin, y la música lo ayuda a sobrellevar una fístula en el ano (te recomiendo, a propósito, leer El culo de Luis XIV y su influencia sobre la historia de la música). Será porque este instrumento tiene la misma tesitura del violonchelo, y ello le permite generar una música profundamente melancólica, de dulzura incomparable, como para acercarse lentamente a la ventana, en un día gris de lluvia lenta, y recargar el rostro en el vidrio obnubilado; tejer pensamientos tristes.

Lo curioso es que las pequeñas piezas del alumno de Jean-Baptiste Lluly, así como tu hermosa Llorando en la niebla, logran conducirnos también al otro lado del corazón, ahí donde anida la más pacífica de las alegrías (supongo que por eso Luis XIV encontraba con Marais alivio a los dolores de su culo maltratado, y supongo que por eso mismo yo encuentro con tu regalo un consuelo a los tormentos de mi alma agrietada).

Mis besos y mis abrazos. Saludos a Renato y a Bruno.
Luiz Márquez, compositor y líder de Mezcal, movimiento musical basado en la fusión de raíces étnicas con el jazz, y en el uso de instrumentos como el huéhuetl, el teponaztle, las conchas de tortuga, los caracoles marinos y las ocarinas, entre otros. Después de diferentes experiencias musicales en Europa, Luiz Márquez decide regresar a sus raíces (México, sus indígenas, sus paisajes, sus costumbres, su música) y concentrarse en el Etno Jazz, donde fusiona la sofistificación de las ciudades y sus propias raíces indígenas. Su música es la clara relación entre el norte y el sur, donde la magia de la tradición y el blues se entrelazan remarcando la relación entre la naturaleza y el hombre. Hace apenas tres meses, en mayo de este año, Luiz Márquez ofreció en Ruta 61 tres bellísimos conciertos, junto con su talentoso hijo, Renato Márquez, y el genial compositor Bruno Deneckere (el trío se presentó como The North Sea Coyotes).

Dirk Moelants nació en Amberes (Bélgica) en 1971.

Cursó estudios de musicología en la Universidad de Gante y trabajó como investigador en el Instituto de Psicoacústica y Música Electrónica (IPEM) del Departamento de Musicología de la misma universidad. Otuvo el doctorado en 2002 con la disertación Un modelo de percepción del ritmo aplicado a la música del siglo XX. Fue
alumno de viola de Wieland Kuijken en el Conservatorio Real de la Haya.