miércoles, septiembre 19, 2007

¡Ya llegó Charles Mack!

Blues con las ventanas abiertas

Chicago vuelve a estar en México, y Ruta 61 es de nuevo el escenario del blues vivo y actuante. En esta ocasión, se trata del extraordinario bajista Charles Mack, cuya voz fresca muestra enseñanzas que van desde James Brown hasta Robert Cray (sin imitaciones, con asimilaciones), y cuyo talento evidente está avalado -por si fuera necesario- por los nombres de quienes lo acompañan en su más reciente álbum (Next Generation Blues), que acaba de entregarme personalmente: Billy Branch, Maurice John Vaughn, Darek Jackson, Sumito-Ariyo Ariyoshi y Brian James, por mencionar a algunos de ellos.

Con su mezcla de funk, soul y rock, Charles Mack trae a escena un blues ecléctico y ventilado que combina los estilos de Luther Allison, Jimmy Hendrix, George Clinton y Eric Clapton, entre otros.

Con más de veinte años de experiencia como artista independiente, Charles Mack ha transitado por diversos géneros musicales, desde el jazz clásico y contemporáneo hasta el blues y el hip-hop, demostrando en cada una de sus ejecuciones un sorprendente virtuosismo y una singular excelencia.

Para colmo de placeres, la banda que acompañará a Charles Mack es Vieja Estación, agrupación argentino-mexicana que ha demostrado no sólo talento y calidad sino, además, una sorprendente capacidad para sostener el alto nivel de los músicos de Chicago que han visitado Ruta 61 desde su fundación.

El nombre de Charles Mack se suma a nuestros anteriores y siempre satisfactorios encuentros con el blues de Chicago.

Para ver y escuchar en vivo a Charles Mack, no olvides hacer tu reservación hoy mismo. Llama a los teléfonos de Ruta 61: 5211-7602 y 5256-0667 (o escribe a eduardo@ruta61.com). El cover es de 200 pesos el jueves, y 250 pesos el viernes y el sábado.

jueves, septiembre 06, 2007

Mi madre, Diosa Omniscia I

María de la Luz Tagle Osorio
1926-1997



El sábado 15 de septiembre, María de la Luz Tagle Osorio, mi Madre, cumple diez años de haberse vuelto Diosa Omniscia y Eterna. Y si sus cálculos teológicos hechos en vida terrenal fueron acertados, Ella está ahora en el más dulce solaz, flotando sobre el mar condensado de sus propios sueños, es decir, en el tercer Cielo del que habla san Pablo en la segunda epístola a los corintos; un vergel, decía mi Señora, salpicado de robles pequeños y naranjos en flor donde Ella misma, ahora Gitana de Luz, aguarda la resurrección de la carne.

María, también llamada Gema de los Dolores, es el Camino, la Verdad y la Vida, y se encuentra en índole gloriosa mas no por ello ausente de sí misma y de sus lazos con nosotras, sus pequeñas criaturas, sus hijos y sus hijas, sus nietos y sus nietas, porque somos Ella y vamos hacia Ella, hacia la Unigénita, la Ungida por Sí Misma.

Tú, María de la Luz, que pasaste por este valle de lágrimas entre 1926 y 1997, bendita eres entre todas las mujeres y benditos somos los frutos de tu vientre. Pero debo decirte, ay, que tu ausencia física me mantiene, sin embargo, en una enorme aunque escondida tristeza, en una melancolía inagotable que a veces me hace caer en abusos de evación. Pero me amarro a la realidad, como Ulises al mástil. ¿Y sabes quién es esa realidad única, verdadera, ese robusto mástil? ¡Mi padre, tu Esposo, tu compañero de vida y de creación! Con él me siento a comer, en el más placentero de los silencios.

Pasan nuestros minutos en un sosiego sólo interrumpido por la única pregunta que pueden hacerse dos hombres solos, dos hombres mayores entre cuyas edades hay menos años que los acumulados en el lapso transcurrido desde sus respectivos nacimientos hasta el presente. Parecemos personajes de Samuel Beckett.

Sí, somos Mercier y Camier…

-¿Qué día es hoy?
-Martes. ¿Por qué?
-No, por nada.
-Martes…
-¿Y mi galleta?
-La tienes a tu lado.
-¿Qué día dices que es hoy?
-Martes, creo. ¿Por qué?
-No, por nada.
-Martes…


Y volvemos al deleite del silencio tejido por un viudo y su hijo huérfano, reposo de voces que ya se han dicho todo y que ahora simplemente celebran, juntos, la presencia universal de Nuestra Señora Nené, esposa y madre.

Son las nueve de la noche. La luz de la cocina -tenue, débil, callada- entra a la jarra azul y da al agua sus destellos dorados. La jarra azul se vuelve lámpara votiva, y la mesa es altar en el presbiterio de nuestras meditaciones. Después de bendecir la mesa, nos sentamos y cenamos rodajas de manzana, betabel, plátano y jitomate, un pan tostado untado de aguacate, un vaso de agua, sopa de champiñones y un filete de pescado Blanco de Nilo con guarnición de zanahorias cocidas. A veces, nos volvemos Vladimir y Estragón... y aparece una segunda pregunta.

Esperando a Mamá

Agus Gogo:
¿Y mañana qué día es?
Agus Didí: Miércoles. ¿Por qué?
Agus Gogo: No, por nada.
Agus Didi: Miércoles…