miércoles, febrero 20, 2008

Dos meses sin ti



Firma de N.S. Gerardo hallada en una carta escrita a su hermana Beatrice

Importante

En sólo 34 días,
se agotó la primera edición de Yo soy la mosca


Han sido atendidas ya, en su totalidad, las cien solicitudes para obtener gratuitamente la caja Yo soy la mosca, álbum homenaje a Gerardo María Aguilar Tagle. Ruta 61 Records dará aviso puntual a los solicitantes del momento en que su ejemplar esté listo para la entrega personal (de acuerdo a los cálculos de producción, esto sucederá aproximadamente durante el mes de mayo).

A partir del ejemplar 101, dicha caja tendrá un precio específico: tres veces su costo de producción (esto, con el propósito de financiar la edición de la biografía no autorizada de N.S. Gerardo).

¿Estás interesado en obtener
un ejemplar de Yo soy la mosca?
¡Con la pre-venta de la segunda edición, es muy fácil!

Deposita $100.00 (cien pesos 00/100 M.N.) en la cuenta 56537379127 de Banco Santander Serfin, a nombre de Gerardo Aguilar Sámano. Inmediatamente, envía un mensaje a bastaturostro@gmail.com para dar aviso de tu depósito. La cantidad depositada se abonará al precio final del ejemplar al momento de su entrega.


Fragmentos de cartas escritas por Gerardo María Aguilar Tagle
a su hermano gemelo en 1997


Sin tus pasiones

Bien, pasando a cuestiones más afortunadas, me emocionó saber que te preocupas por mis preocupaciones. Sería tremendamente feliz si logras adquirir el disco
Joe Turner-Count Basie. Y, ya entrado en gastos, te comisiono para una empresa que sólo un gran hombre como tú terminaría con éxito... ¡Consígueme Jamin’ with Edwards (Nicky Hopkins, Charlie Watts, Jagger, Ry Cooder, etc.). ¿Lo recuerdas? Serás recompensado, de eso debes estar seguro.

Sin tu humor

Si observas, casi todo lo comienzo muy bonito; pero conforme transcurre el espacio-tiempo me va dando una güeva tremenda cuidar las formas. En primaria, la primera hoja de mi cuaderno creo que hasta un dibujito tenía; pero a la sexta hoja ya parecía cuaderno de burócrata checador. Y eso me pasa en todos los terrenos. Por ejemplo, en el amor: los primeros seis me salen de lujo, pero del séptimo para adelante ya nomás es cumplir por cumplir (aunque dicen por ahí que el doceavo me sale de rechupete). Ahora, mi doctor (que soy yo mismo) me dice que lo que sucede es que mi cerebro funciona extremadamente rápido. Claro, no sólo rápido sino muy bien, y entonces este cuerpo mío (que viéndolo bien no está tan jodido como para imaginarse alguna discapacidad) no responde con la velocidad requerida. En fin, en fin.


Sin tus devociones

Espero que te apiades de mí y no te decepciones por tanta mamarrachada que te he escrito. Lo que pasa es que los temas profundos los he dejado para cuando nos veamos. Pero están sobre la mesa, esperando tus críticas y observaciones: mis principios (y mis finales), mi moral y mi cochambre, mi religión –que no encuentro-, mi obsesión sexual (bueno, nomás de mencionarla se me para, ¿tú crees?), mis Chivas sagradas, el Che, el Sup, Lennon, los Stones, Tom Waits, Zeppelin

Sin tus obsesiones

Hoy le hablé a tu madre, que es la mía y a la que le decimos mamá. ¿Recuerdas cuando entre los dos le chupábamos las chichis? Eso era hambre y amor, no mamadas. ¡Y estas viejas nuestras que se hacen las sabrosas! En fin.

Sin tu ideología

No creo en eso de "luchemos por nuestros ideales aunque nos muramos de hambre". Ni madre. He llegado a una edad en que en las noches le pongo bien y bonito, por lo que en las mañanas requiero de un buen desayuno fortificador. ¿Estoy pecando, hermano? Concédeme tu perdón y vente a echar unas chelas con tu carnal. Acuérdate que somos tú y yo contra el mundo ¡Unidos beberemos!

He iniciado nuevamente mi trabajo de dibujante, pronto te sorprenderé (estoy entrando a mi etapa
fiusha, ya véras).

Sin ti

Caray, Agustín, creeme que de repente me sorprendo. Parece que estoy en mi lecho de muerte y quisiera arreglar mis asuntos con mis seres queridos.

Regresemos a nuestra madre, regresemos al Cielo.

Gerardo María Aguilar Tagle
Un hombre indispensable
Ciudad de México, 23 de octubre de 1955
Cuernavaca, Morelos, 21 de diciembre de 2007


Del Evangelio según Marugenia
21 de febrero de 2008

¡Lo anterior es palabra de Dios! ¡Ése es Ger! Siempre de buen humor, desde que amanecía hasta que anochecía, no importaba qué tan bien nos fuera económicamente, Él siempre veía el lado bueno a la vida, siempre lleno de energía. Yo siempre le decía que era hiperactivo: siempre siendo el primer actor de una obra, siempre con el papel principal, inyectando entusiasmo a nuestras vidas (me refiero a mis hijos y a mí), siempre Super Papá, no importaba qué edad tuvieran los niños (un año ó 25), siempre amado, siempre brillando con luz propia, siempre comprometido con nosotros, siempre soñando con un futuro mejor, siempre un hombre en todos los sentidos.

Los fragmentos de cartas escritas a su gemelo precioso, son el vivo reflejo de
Ger, y así quiero recordarlo: así lo conocí y así lo guardo en mi corazón, junto con todo el amor que tengo guardado todos los días, acompañado de lágrimas, de impotencia y desesperación, de un futuro que no entiendo… y que me duele (cada segundo, cada minuto, cada día).

domingo, febrero 17, 2008

Viernes en Ruta 61

El viernes, a media tarde, decidí suspender los medicamentos (Pen-Vi-Ka y Dolac) y me dediqué a agotar la reserva de whisky de la casa, con el propósito de olvidar que al otro día, a las nueve de la mañana, tendría que vivir la extracción de una muela. A punto de comenzar la noche, hablé con Elisa, mi sobrina...

-¿Qué, Elisa, nos vamos a Ruta 61? Un ratito, al menos a escuchar a Octavio.
-¿Tocan Las Señoritas?
-...y Vieja Estación, y Billy Branch, y Son de Madera. Pero no podemos quedarnos más que al principio. Me interesa escuchar la breve conferencia de Octavio sobre la Historia del Blues.
-¡Vamos!

Y agarramos camino al bar, y ahí nos tomamos una copa (Elisa, una piña colada -guácatalas-; yo, un Johnny Walker rojo) y comimos dedos de pollo, y bailamos La Bruja durante la prueba de sonido, y escuchamos atentos a Octavio, y luego a Ramón Gutiérrez.

Pero no nos quedamos al concierto. Tuve un arrebato de responsabilidad, y le dije a Elisa que mejor nos fuéramos a dormir, porque faltaban pocas horas para la extracción de mi muela.

-En eso quedamos, ¿no?

Regresamos, pues, a casa. Al llegar, encontramos a mi hermana Beatrice, así que decidimos despedirnos con otro whisky (Elisa no, para ella fue suficiente la piña colada -guácatelas-) hasta que, a medianoche, con mi llanto desbordado por la ausencia de Gerardo, caí en cama, rendido. No sé en qué momento paré de llorar. Elisa no dejó de abrazarme hasta que estuvo segura de que el sueño había apagado mi conciencia.

Hoy, domingo, me encuentro con la reseña de Tania Molina de lo sucedido el viernes en Ruta 61. Mientras leo, le digo a mi sobrina:

-Que se me hace, Elisa, que nos perdimos una muy buena noche.

Leo en voz alta...

En el Ruta 61 brilló el son jarocho con el suave giro blusero de la armónica

Tania Molina Ramírez

Un armonicista de Chicago, soneros de Veracruz, una cantante de Los Ángeles, rockeros-bluseros argentinos y un blusero y un jazzista chilangos se juntaron este viernes en la ciudad de México para entablar un gozoso diálogo y mostrar otra cara de la globalización.

Imagine usted: en el escenario del bar Ruta 61, la famosa canción huasteca La Bruja era interpretada con jarana, requinto, contrabajo, cajón, armónica y guitarra eléctrica, a un ritmo lento, suave, con añoranza y cierto dolor. La armónica le daba el giro blusero, pero no era una fusión. La base huasteca dominaba, aunque era posible escuchar el potencial de lo que se podría crear, con más exploración.

La exploración comenzó hace unos días en Jalapa, en un taller de blues que impartió el armonicista Billy Branch, uno de los más reconocidos en Chicago, con la colaboración de Ramón Gutiérrez Hernández (voz y requinto) y Tereso Vega Hernández (voz y jarana), integrantes de Son de Madera, grupo que ha jugado un papel fundamental en la difusión del son jarocho, sobre todo en el extranjero. También participó Santiago Espósito, guitarrista de Vieja Estación, banda argentina radicada en México.

El taller, llevado a cabo del 4 al 15 de febrero, fue impartido a 60 niños y jóvenes (sus edades rondaban de los ocho años hasta algunos en sus veintes), muchos de ellos con bases musicales del son jarocho, pero que desconocían el blues. La idea fue ofrecer un panorama sobre “el papel que este género jugó en el desarrollo de la música popular estadunidense y cómo refleja las condiciones políticas y sociales de varios periodos de su historia”, buscar similitudes con el son jarocho, aprender a tocar la armónica al estilo blusero y probar hacer son con armónica y blues con jaranas. También montaron tres piezas de blues y dos sones jarochos (La Bruja y El colibrí de los llanos, composición funk-jarocha de Son de Madera).

El taller fue organizado por Branch, el promotor cultural Gilles Aniorte, Ruta 61, Son de Madera, la Fundación Ford y el Centro Nacional de Comunicación Social, con apoyo del Ayuntamiento de Jalapa, la Universidad Veracruzana y la Representación de Illinois en México.

Blues in the schools, como se llama al taller, se lleva a cabo en Chicago desde hace décadas y también en otros países. Esta es la primera vez que se realiza en México.

Los talleristas llegaron entusiasmados del encuentro en Jalapa y con ganas de armar más cosas (se baraja la posibilidad de hacer talleres en la ciudad de México y Chicago). También están conscientes de que en tan pocos días no se logra una fusión. Cosa que, además, quizá no hace falta. Como dijo a La Jornada Ramón Gutiérrez, “se ha puesto de moda” hacer fusiones, muchas de modo superficial y poco convincente.

El músico, en una charla anterior al concierto, mencionó que ahora haría falta que el taller llegue a “los jóvenes de la calle, del rancho”, hacer algo “en el campo, con los jaraneros, los repentistas”.

Y, ¿qué es lo que tiene en común el blues y el son jarocho? Los organizadores partieron de la idea de que ambos tienen raíces en la música africana.

En el caso de Veracruz, hay una “constante influencia entre esta entidad y Cuba”.

Últimamente, el son jarocho ha estado abierto a otros estilos. El grupo chicano Quetzal, ejemplificó Gutiérrez, experimentó hacer rock en seis octavos. También, los repentistas “han hecho cosas con raperos”.

Quizá tiene que ver con que los jóvenes están entusiasmados con el género: “en Jalapa hicimos ya una cultura del son jarocho. Encuentras jóvenes de 15, 20 años con una jarana al hombro, en busca de identidad”.

“Hay un gusto”

Gutiérrez describió algunas de las similitudes que encuentra entre ambos géneros: “Los compases son distintos, pero los grados son los mismos”; las letras (“una manera de protestar, de decir las cosas que están pasando, como pueblo, como raza”); “de alguna manera los dos son producto de la esclavitud”; “tienen cosas que fueron y vinieron (de un lado a otro del Atlántico)”.

Pero, más importante, opinó Gutiérrez, “hay un gusto: a nosotros nos gusta el blues y a ellos el son jarocho”.

Porque, al fin y al cabo, en este momento “todo se puede combinar, lo ves en todos lados”. Ramón opinó que pueden ser experimentos interesantes, pero que “es importante que la música sea única, que tenga arraigo”.

Sin embargo, reconoció que cuando es una auténtica renovación hay camino por explorar, como fue el caso de Santana, cuya “gran aportación al rock fueron los elementos cubanos y mexicanos”.

“¿Quién me saca el sentimiento?”

Las Señoritas de Aviñón, banda de casa de Ruta 61, abrió la noche. Le siguió Son de Madera (Vega y Gutiérrez acompañados por Aarón Cruz –contrabajo, conocido por su trabajo jazzístico–, Ruby Oseguera en el zapateado, y Marta González, del grupo Quetzal, en la voz y el cajón).

Destacaron una sensual interpretación de El Cupido (“Ramón, que el requinto enamore a la jarana”, exhortó Vega) y un magnífico Cascabel, con Vega tocando un pandero simulando un cascabel.

Luego, en la segunda parte del concierto, tocó Vieja Estación con Billy Branch, y los acompañaron integrantes de Son de Madera. Así, Got my mojo working fue interpretado con requinto y pandero, además de los instrumentos usuales, con Branch (armónica y voz) y Marta González (voz).

A la siguiente pieza se incorporó Octavio Herrero, guitarrista de Las Señoritas de Aviñón.

“Pregunto y quiero saber, si me enamoro por dentro, ¿quién me saca el sentimiento que suspira hasta llover?”, recitó Gutiérrez. “¿Cómo se saca el sentimiento”, siguió, “lo sacas en la música”.

Nota. La fotografía que encabeza esta entrega fue tomada por Raúl de la Rosa para La Jornada, y en ella aparecen, en el orden acostumbrado, Tereso Vega (Son de Madera), Marta González (Grupo Quetzal de Los Ángeles), Billy Branch, Octavio Herrero (Señoritas de Avignon) y Ramón Gutierrez (Son de Madera), y aunque no se ven estaban los integrantes de Vieja Estación (Argentina).

lunes, febrero 11, 2008

Del blues al son jarocho, y viceversa...

Desde Jalapa, Illinois,
hasta Chicago, Veracruz.


¡BILLY BRANCH SIGUE ENTRE NOSOTROS!

Ante el contundente éxito de sus más recientes presentaciones –y gracias a que en esta ocasión el músico alargó su estancia en México para acercarse a nuestra cultura y a nuestros niños-, Ruta 61 acordó con Billy dos presentaciones más en el bar, el VIERNES 15 Y EL SÁBADO 16 de febrero. Si aún no has tenido la oportunidad de escuchar en vivo al mejor armonicista del blues de Chicago, el mismo que en los setenta sustituyó al legendario Carey Bell en la banda de Willie Dixon, ya es hora de que te decidas.

¡ABRE LA NOCHE DEL VIERNES
LAS SEÑORITAS DE AVIÑÓN!



Tú sabes que nuestros signos de admiración son, en este caso, justos y necesarios, porque estamos ante una banda exquisita que devuelve al presente la realidad mítica del blues a través de la interpretación y de la creación misma. Con nueve años de experiencia, el grupo hace de la velada un verdadero suceso estético, capaz de retratar la condición humana y de guiarnos a las zonas más profundas de la música.

¡Y UN MOMENTO INAUDITO ESTE MISMO VIERNES!

Con el propósito de repetir en el bar la experiencia vivida en Jalapa, Veracruz, Billy Branch y Santiago Espósito enlazarán su blues con la música de Son de Madera, reconocida agrupación de son jarocho.

VIEJA ESTACIÓN
ABRE LA NOCHE DEL SÁBADO...

Sí, hablamos de la misma y extraordinaria banda mexicano-argentina que, en la segunda parte del espectáculo, acompañará a Billy Branch y, así, despedirá al armonicista para desearle un pronto regreso. Vieja Estación ha demostrado no sólo talento y calidad, sino, además, una sorprendente capacidad para sostener el alto nivel de los músicos de Chicago que se han presentando en Ruta 61 durante los últimos tres años (de hecho, Billy Branch afirma: Vieja Estación es mi banda en México).

¡ADEMÁS, BLUES ACÚSTICO!

Jueves 14 de febrero, el concierto acústico que estabas esperando: CLAUDIA DE LA CONCHA Y UN PERRO ANDABLUES. Una velada íntima con un grupo fuera de serie.

Pero si ya te urge el blues, entonces…
¡Miércoles de Jam Session!

Súbete al escenario y demuestra tu talento
Miércoles a partir de las 9 de la noche
Sin cover
Rincón de músicos y melómanos, rincón de amigos. Zapada, palomazo
o jam session, siempre es saludable soltar las riendas,
dejar que la vida suceda sin tanto control.

lunes, febrero 04, 2008

La semana en Ruta 61

¡Tenemos a los mejores!

El viernes 8, BETSY PECANINS. ¿Quién no la conoce? Esclava del blues, mariposa del canto por el alto vuelo de su existencia musical. Su voz es uno de esos espectáculos fuera de serie cuya intensidad, colorido y vigor escapan a cualquier encasillamiento.

Y esa misma noche, el cuarteto de MACHY MADCO nos regala un paraíso de blues, jazz, funk, soul y ritmos fusionados. Músico impecable, soberano del ritmo y la armonía, con un profundo conocimiento del valor de los silencios y de la pausa repentina, Madco es un músico que de veras sabe timonear, es decir, no es un bajista que se esconde y cubre las apariencias con simples marcas de tiempo, sino alguien que, con la pericia de los sabios, asume el compromiso de llevar a la banda de una orilla a la otra, sin grietas, sin naufragios, sin hacer agua, y aun se da tiempo de recrearse en la melodía, esa bendita conciencia plástica de la música.

¡BILLY BRANCH sigue entre nosotros! Ante el contundente éxito del viernes próximo pasado –y gracias a que en esta ocasión el músico alargará su estancia en México para acercarse a nuestra cultura y a nuestros niños-, Lalo Serrano acordó con Billy una segunda presentación en el bar, el viernes 9 de febrero. Si aún no has tenido la oportunidad de escuchar en vivo al mejor armonicista del blues de Chicago, el mismo que en los setenta sustituyó al legendario Carey Bell en la banda de Willie Dixon, ya es hora de que te decidas. Recuerda que, con el propósito de garantizar la calidad original de Branch, el armonicista estará acompañado de nuevo por VIEJA ESTACIÓN, banda mexicano-argentina que ha demostrado no sólo talento y calidad, sino, además, una sorprendente capacidad para sostener el alto nivel de los músicos de Chicago que se han presentando en Ruta 61 durante los últimos tres años (de hecho, Billy Branch afirma: Vieja Estación es mi banda en México).

En La Jornada de este día, a propósito, nuestra querida amiga Tania Molina nos informa de las actividades de Billy Branch en México. En estos momentos, el armonicista anda en Jalapa (acompañado de Santiago Espósito, extraordinario guitarrista argentino, miembro de Vieja Estación), donde impartirá desde hoy y hasta el 15 de febrero un taller a niños y adolescentes estudiantes de música, y explorará los lazos que pudiera haber entre el blues y el son jarocho, ya que ambos tienen evidentes raíces africanas (Memo Briseño hizo una exploración semejante en la década de los setenta, y creo que aún se esfuerza en esa búsqueda).

De lo que ahora me entero, por la misma Tania, es que el próximo jueves 14 de febrero habrá un concierto de fin de curso con estudiantes del taller, Son de Madera y mi querida Vieja Estación, en la Sala Chica del Teatro del Estado (Avenida Ignacio de la Llave s/n, colonia Tamborrell, Jalapa). El concierto, advierte Tania, será seguido de un fandango. Entonces, ahora sí que tengo un grave problema: esa misma noche toca, en Ruta 61, Claudia de la Concha y Un Perro Andablues. ¿Qué hacer, cómo dividirme, como alcanzar el don de la ubicuidad?

Ya veremos que dice la vida, porque para colmo de sorpresas me entero también que Octavio Herrero, maestro del blues y luz de muchos que apenas si sabemos ver, dictará el viernes 15 de febrero una conferencia (Historia del blues) en el bar de todos tan amado, por supuesto, donde Lalo Serrano, su dueño, teje, a veces sin saberlo, una de las historias más hermosas de principios de siglo. Ya lo entenderemos algún día.

La misma noche del 15, quedaremos en manos de Las Señoritas de Aviñón, Billy Branch, Son de Madera y Vieja Estación.

¿Quieres algo más, lector pedinche?

Pero volvamos a esta semana. El sábado 9, antes de que Branch suba al escenario, tendremos la fortuna de abrir apetito con ¡LAS SEÑORITAS DE AVIÑÓN! Tú sabes, gramático lector, que mis signos de admiración aparecen, en este caso, justos y necesarios, porque estamos ante una banda exquisita que devuelve al presente la realidad mítica del blues a través de la interpretación y de la creación misma. Con diez años de experiencia, el grupo hace de la velada un verdadero suceso estético, capaz de retratar la condición humana y de guiarnos a las zonas más profundas de la música.

Pero si ya te urge el blues, entonces…
¡Miércoles de Jam Session!


Súbete al escenario y demuestra tu talento
Todos los miércoles a partir de las 9 de la noche
Noche de músicos y melómanos, rincón de amigos.
zapada, palomazo o jam session,
siempre es saludable soltar las riendas,
dejar que la vida suceda sin tanto control.


Aparta, lento lector, tu caja
Yo soy la mosca, homenaje a Gerardo María Aguilar Tagle (1955-2007). El tiraje será de cien ejemplares numerados, cada uno de los cuales será entregado personalmente y sin costo alguno. La segunda edición ya tendrá un precio. Envía tu solicitud a bastaturostro@gmail.com

viernes, febrero 01, 2008

¡Me quieren quitar mis cosas!*

Del Evangelio según Ángel Tejeda

Tuve la suerte de conocer a Gerardo María en Acapulco (aunque nací en el Distrito Federal, vivo en el puerto desde hace 12 años). Yo tenía en aquel tiempo (segunda mitad de los noventa) un programa de radio, y por esa razón nos conocimos. Junto con otros amigos, armamos una buena pandilla de locos que se reunía a escuchar música, a platicar y a muchas cosas más:

  • Exhibicionismo en la vía pública
  • Escándalos en bares, playas y fiestas privadas...
  • Producción de ruidos con artefactos que podían ser instrumentos musicales, o simplemente no serlo...
  • Manifestaciones contra el establishment a través de la radio local

Convivimos durante una buena temporada, y tengo gratos recuerdos y anécdotas que me gustaría compartir próximamente. Entre otras cosas, tengo un montón de fotos de aquellas parrandas, algunas grabaciones de mi programa de radio en las que participó Nuestro Señor Gerardo haciendo comentarios sobre música o, por ejemplo, el programa completo que dedicamos al rock chilango, en donde Él fue el invitado de honor (lo entrevisté como miembro de Mamá-Z, uno de los más importantes representantes del underground chilango, y como elemento escencial de lo que fue la escena del rock mexicano durante los frenéticos ochenta).

En otra ocasión, Gerardo estuvo leyendo poesía de Agustín Aguilar Tagle (parece que lo hizo sin permiso de su gemelo precioso). También, me ayudó a grabar un spot para mi programa. En dicho spot, Gerardo mostró su capacidad dramática, transformándose de un güey mala onda a un hippie empedernido (tal cual). Y en ese programa, por supuesto, pusimos varias canciones de Esa viscosa manera de pegarme las ganas. En fin, hay una serie de cosas que sin duda merecen estar en las bitácoras que acabo de descubrir en torno a Gerardo.

Lo único malo es que todavía estoy medio silvestre para eso de las bitácoras electrónicas, y no sé cual es la chida. Quiero entregar al público una crónica que se me está saliendo del corazón, en la que me gustará mucho narrar quién fue para mí Nuestro Señor Gerardo.

Nota: Agustín supone que estoy loco. ¿Por qué, por qué? ¡Me quieren encerrar de nuevo! ¿Verdad? Pues ni crean que voy a volver a ese maldito lugar, y jamás me pondré de nuevo una de esas camisas que tienen las mangas largas. ¡Ni lo sueñen! Yo estoy bien. Lo que pasa es que nadie me comprende. ¡Me quieren quitar mis cosas!

* ¡Me quieren quitar mis cosas! es una frase extraída del spot de radio que me ayudó a grabar Gerardo, y hasta donde recuerdo es de su propia inspiración.

Del Evangelio según Marugenia

Ahora, con más calma, reconstruyo la noche del 18 de enero, con la ayuda de videos. El discurso de Agus está hecho con palabras cargadas de impotencia, de dolor y de amor. Por otro lado, me conmueve y me alegra haber visto reunidas a personas importantes en nuestra vida, viejos amigos, nuevos amigos, gente que admira y reconoce la bondad y la grandeza de un hombre necesario.

Octavio y todas las Señoritas imprimieron al rocanrol de Nuestro Señor Gerardo su belleza natural y su alegría de vivir. Si hay alguien que sabe tocar a Gerardo, ése es Octavio. Además, Vieja Estación tocó Wichily McCoy con una inmensa carga de melancolía, concentrada en la voz del Polaco. Sin dudarlo, afirmo que es la mejor canción que ha escrito mi cuñado precioso: nos llevó a recorrer en un mismo lugar y a la misma hora todos los sentimientos que puede experimentar un ser humano. Agustín y sus bandas pusieron el sello de Gerardo, tal vez porque –no lo dudo- el mismo Tlacuiloco estuvo ahí, entre nosotros; estuvo en el escenario, con Agustín, con Las Señoritas, con Vieja Estación, con su guitarra, con su camisa de vaquero, con su sombrero, en la voz de Agustín, en el beso que me dio. Y cuando Octavio recibió su plumilla, Gerardo dio un beso a sus amigos (Octavio comulgó con Gerardo, por eso se metió la plumilla a la boca).

Como diría el mismo Gerardo: Tino, eres un chingón.

Del Evangelio según Aquiles Argote

Tuve la suerte de conocer a Gerardo, a Maru y a sus hijos cuando vivieron en Jiutepec, Cuernavaca, durante la primera mitad de los noventa, y luego les perdí la pista. Apenas ayer hice una búsqueda para localizarlos y me encontré con la triste noticia de la muerte de Gerardo. Todavía no la digiero. Deseo, sin embargo, comunicarme con Maru, con sus hijos y con Agustín. Obviamente, también quiero obtener una copia del disco de Nuestro Señor Gerardo. Un saludo y un abrazo afectuoso.

Del Evangelio según Rafael Vargas

¡Oraleee! Ojalá y que alcance una copia de los discos de Yo soy la mosca.

Conocí la música de Gerardo gracias a mi tío, quien llevó a la casa el disco de Esa viscosa manera de pegarme las ganas, y les juro que inmediatamente me hice seguidor de Mamá-Z. Hasta tuve una cinta de un concierto del grupo (que ya perdí, buuu). Y, bueno, son muchos recuerdos. Tenía yo 15 años cuando conocí esa maravillosa música. Gracias, Gerardo. Gracias Mamá-Z.

Epístola de Mónica Michel a los Tarelos

Tienen que sacar sus emociones y sentimientos con gente que los quiere. Me sentí muy cercana a ustedes, en especial a Agustín, imaginando la pérdida de una de mis dos adoradas hermanas. Sentí una fuerte empatía con Agus. Qué fuerte experiencia. Pero hay que buscar soluciones en la filosofía, en la poesía, en la música, cosas tan cruciales para Agustín y para Gerardo. También el tiempo ayuda. Todos los días me acuerdo de Gerardo, porque amo la música; y su hermano Agus es un seguimiento de su vida.

Petición de Gerardo Meneses Díaz

Soy un fan de Mamá-Z. Me interesa hacerme del material grabado por la banda. ¿Hay alguna manera? Un abrazo y mi gratitud por su atención.

Del Evangelio según Alejandro Videgaray Aguilar

Gracias, Señor, por la maravillosa noche que nos regalaste el viernes 18. No recuerdo muchas noches así. No recuerdo haber vivido una noche tan especial como la del viernes, pero quiero volver a vivirla. En cuanto se organice algo similar, por favor... apártenme un buen lugar.

Qué impresión que la gente estaba de pie, y ni pensaba en irse. El lugar, a reventar; pero en ningún momento eso fue causa de molestia para alguien. Creo que de hecho fue todo lo contrario. Tino cantándole a Gerardo. En verdad, único. Octavio llamando a todos. Ger corriendo al escenario para cantar, y después los demás, y la gente de abajo cantando junto con Tino y junto con nosotros. Y seguramente el más feliz fue sin lugar a dudas Lalo.

El viernes antes de salir de mi casa me dije: ¡Qué padre, vámonos ya! Lo único a lo que no le tenía muchas ganas era a la gente llorando. ¿Y sabes quién se la pasó llorando? ¡Así es, yo! Mucha tristeza, pero sobre todo coraje. Coraje, sí, porque me di cuenta que el tiempo no perdona. Y tuvo que morir Lalo para que yo me diera cuenta de eso, lo cual se me hace un precio mucho muy alto. Pero ya no puedo hacer nada. Espera, al contrario, hay muchas cosas que hacer al respecto. Y las voy a hacer, lo prometo.

Del Evangelio según Juan Carlos

No podía esperarse menos que flores creciendo en cada uno de los relieves del andar de Lalo. Las huellas que cínicamente dejó por todos el mundo (el DF, Toluca, Cuernavaca, Acapulco y muchas otras patrias) fueron tan profundas que no muestran más que vida a borbotones, y ahora las semillas empiezan a germinar. ¡Discípulos de Tlacuiloco en todo el orbe, uníos! Todo aquel que tenga evidencias de la inmensa existencia de Gerardo, deposítela en esta Arca de la Alianza que su gemelo precioso resguarda con celo.

No importa cómo lo hayas conocido (Dios, Alá, Krishna, Jehová, Buda, Zeus, Al-Ŷabbār, Lalo, Gerardo María, Tlacuiloco, Wichily McCoy). Todos son Él mismo. Si lo grabaste de una transmisión radiofónica, mándale a Agustín una copia. Si lo fotografiaste encuerado, mándale a Agustín una copia.

Todos hubiésemos querido eternizar aquella eucaristía en la que muchos comulgamos a Lalo y con Lalo. Lamentablemente, estas cosas pasan solamente cada 2007 años (la anterior a ésta, por cierto, no tuvo tanto éxito, e incluso no estamos plenamente seguros de su veracidad).

Hay formas confiables para contactar a Nuestro Señor Tlacuiloco: cada vez que veas un partido de las Chivas, puedes estar seguro de que él también lo está viendo y que está a tu lado, igualmente emocionado; cada vez que escuches una de sus canciones, cada vez que te enamores tanto de una mujer como él de la suya, o de unos hijos, como él de los suyos; cada vez que te levantes, como él lo hacía, comprometido en hacer del mundo algo diferente sin que éste se dé cuenta -y aunque siga igual de inservible...

Nunca vi a Lalo aplatanado, y por eso no pienso aplatanarme. Porque soy alguien muy afortunado al haberlo conocido y haberlo tenido tan cerca (tanto que nunca escapé de sus ácidas pero magistralmente elaboradas bromas). Por eso, celebro a Tlacuiloco tanto como lo celebré admirándolo, aplaudiendo y hasta envidiando todas sus locuras. Su más reciente puntada parece cruel. Sin embargo, con tal ocurrencia está enseñándonos cómo deberemos hacer la nuestra propia.

Esta es palabra de Dios.
N.S. Gerardo con su hermano Juan Carlos
(no por más pequeño menos grande)


De la Redacción

Aparta, lento lector, tu caja
Yo soy la mosca. El tiraje será de cien ejemplares numerados, cada uno de los cuales será entregado personalmente y sin costo alguno. La segunda edición ya tendrá un precio. Envía tu solicitud a bastaturostro@gmail.com