domingo, mayo 06, 2007

Ladra Fido desde su fe...


Cuando yo uso una palabra -dijo Humpty Dumpty
en tono apabullantemente despreciativo-,
significa exactamente lo que yo elijo que signifique,
ni más ni menos.

Lewis Carroll, Al otro lado del espejo (1872)

La fe, dicen los fieles, no es un método de conocimiento, sino el conocimiento mismo (la fe es saber, son sus palabras). Pero tal afirmación no me aclara las cosas, más bien me confunde. Volvemos al problema de la comunicación: ¿qué quieren decirme o qué me están diciendo cuando escriben que la fe es saber?

Digamos algo que podemos compartir: hay un preciado tesoro por alcanzar o por encontrar, que es el conocimiento o la sabiduría (aunque dichos términos no designan un mismo fenómeno). Por su calidad de tesoro, los fieles convierten al conocimiento (o a la sabiduría) en el objeto inmediato (directo) del verbo ser cuando intentan glorificar a esa criatura suya que llaman Fe (y ahora entiendo la mayúscula: como es su sujeto predilecto, lo vuelven, gramaticalmente, nombre propio).

Con esa misma lógica y con el deseo a flor de piel, Calixto habrá de gritar, contra viento y marea, que Melibea no es sólo la mujer amada, sino el amor mismo.

¡Pero jovencito imberbe! -le diremos a Calixto- El afirmar que Melibea, la joya de tu corazón, es el amor mismo, nada nos dice sobre ella y sí mucho de ti. Dinos, por favor, que Melibea es blanca, de labios carnosos y piernas largas, porque tales palabras nos permitirán acercarnos a la realidad física de la muchacha; dinos, por favor, que ella es dulce, que controla su leve neurosis, que teme a la oscuridad, porque ello nos permitirá aproximarnos a su realidad psicológica; pero no nos digas que ella es el amor, porque entonces sólo entenderemos que tú, Calixto, estás simple y llanamente enamorado, al grado de considerar a Melibea tu nueva religión (Melibeo soy y en Melibea creo).

Cuando los fieles afirman que fe es saber, quieren decir fe es mi saber, entendiendo por saber el non plus ultra de la experiencia humana. Vale. Pero ello no define la fe, sino a los fieles, quienes, en pocas palabras, han dicho: La Fe es mi máximo; pero aún no nos han dicho qué es la fe.

Decir que la fe es saber es decir que, para los fieles, la fe es otro nombre del conocimiento, y, siendo así, podemos decir que el descubrimiento de la ley de la gravitación universal es un acto de fe, y que quien, al meter las manos al fuego, se quema, vive una experiencia religiosa.

¿No sientes, fiel lector, que estamos cayendo en un alucinante mundo donde las palabras ya no significan lo que buscan significar? Sería bueno, en principio, aclarar las diferencias entre conocimiento y saburía; pero no quiero extenderme demasiado, así que dejo la aclaración para otro momento. Volvamos, mejor, a la definición de fe.

Insisto que, para entendernos y no envolvernos en alucinantes diálogos carrollianos, partamos de una misma definición de fe. Propongo, en beneficio del español, que volvamos al diccionario, donde dice que la fe es la adhesión a una proposición que no goza de evidencia ni puede ser demostrada.

Dicha definición, como todas las que pueden encontrarse en un buen diccionario, no aplaude ni descalifica, sino que acota, pone límites, le da bordes a la palabra. Si aceptamos tal definición de fe, los fieles habrán de admitir que lo dudoso, incierto e indemostrable puede muy bien servir de asidero contra la angustia existencial.

El sufrimiento místico, por ejemplo, no niega esa posibilidad anestésica de la fe, porque en el misticismo hay mucho de intoxicación espiritual. Algunos fieles dicen que santos y místicos, con todo y fe, sufrían mucho más que cualquiera de nosotros. No lo dudo, desde el momento en que el misticismo (cualquier misticismo) es semejante al delirium tremens del alcohólico y al estado catatónico que producen los remanentes de la marihuana.

Agotados e irritados del mundo infiel, los fieles dicen que los analgésicos de hoy son la razón, la lógica y el pensamiento científico, sucedáneos, según ellos, de la la piedra filosofal de los alquimistas. Veamos.

Siendo la piedra filosofal materia hipotética, materia nunca hallada (aunque la admirable búsqueda de los alquimistas permitió encontrar otras cosas, igualmente valiosas), mal hacen al considerar que la razón, la lógica y el pensamiento científico son sólo quimeras, sueños, deseos de encontrar la varita mágica. Mal hacen, porque la razón es, paradójicamente, el instrumento que ha permitido que el diálogo entre fieles e infieles, el sano enfrentamiento de las ideas. Sin embargo y ciertamente, la razón (y sus frutos, la lógica y el pensamiento científico) es una muy buena medicina contra el dolor y la angustia de la existencia, como lo son la religión, el arte y el amor. La diferencia entre estas útlimas experiencias humanas y el uso de la razón es que ella, la razón y no las otras, está conciente de sus causas: sabe que crece conforme el hombre se niega a sufrir el aturdimiento del espíritu. En cambio, las otras experiencias (amor, fe y belleza) son absolutamente ignorantes de su origen orgánico y psicológico, y acaso sea tal ignorancia donde estriba su encanto. La nada está ahí, dicen, y no se puede entender.

Tendré que seguir en otra ocasión, porque la nada merece un capítulo aparte.

Mensaje importante
. Por su importancia y por su origen, así como por la precisión que anota acerca del mifepristone y el misoprostol, transcribo aquí las palabras que nuestro amigo Antonio Miranda (médico genetista) dejó como mensaje en la entrega Y la nave va.

Creo que esto de la despenalización del aborto apenas comienza, además Rivera Carrera nunca aprovecha la oportunidad de quedarse callado y, desafortunadamente, se hace valer del temor de la gente.

Por otra parte,
mifepristone y misoprostol son una opción para interrumpir el embarazo antes de las 7 semanas. Al parecer su uso no es muy amplio aún. Por supuesto es de esperarse que sea bajo estricta vigilancia médica, precisamente para evitar complicaciones como el sangrado, pero que podría evitar procedimientos quirúrgicos que pueden tener otras complicaciones muy serias (una perforación de la matriz por ejemplo), sobre todo si se realizan en lugares poco seguros.

Por si no lo saben, hay quien realiza legrados con ganchos de alambre, de esos con los que se cuelga la ropa.
Un saludo, Agus.

Antonio

7 comentarios:

ErosGod1 dijo...

Joven Agustín, justamente en ese sentido es la crítica; nadie, incluso el Dr.Miranda genetísta, (praxis médica un poco alejada de la ginecología) puede aprovechar un medio de difusión masiva, para publicitar recetas, tal y como hace Cosmopolitan con las dietas.

El aborto conlleva varios riesgos que se aumentan con la edad del embarazo, y exclusivamnete un especialista; un médico ginecologo, puede aportar su experiencia para afrontar cualquiera de los riesgos de esta práctica que finalmente y pese a los estertores metafisicos de Norberto y Serrano Limón, es ahora legal en las condiciones que señala la ley.

Mi comentario es contra la vanalización de la salud, ya que eso dará oportunidad a que en algunos días veamos publicados "remedios" tales como; el metodo lunar para abortar; el aborto de la toronja; aborte mientras se broncea.

O quizá después en los anuncios oportunos; se compran productos abortados para cultivo de células madre; tratamientos faciales a base de abortos de raza blanca...etc.

Saludos.

Mamá-Z dijo...

Transcribo la continuación del mensaje de ErosGod:

Agustín,

lamento mi estupidez, en relidad no me refria al Dr. Antonio, sino a las primeras declaraciones que publicaste, de Javier Flores, secretario técnico del programa universitario de investigación en salud de la UNAM; quién en mi corto entender comete ligereza o irresponsabilidad en sus comentarios.

En ocasiones queriendo sacar una pata del lodo, termino enlondandome ambas, cosas mi ligereza.

Mamá-Z dijo...

Para poder entender tus mensajes, ErosGod, te agradecería que me señalaras dónde o cómo comete ligereza o irresponsabilidad Javier Flores.

Anónimo dijo...

Agrego desde mi ignorancia, una ultima palabra a la definición de fe, palabra que creo que le cabe, por que no niega la definición actual:

"fe es la adhesión a una proposición que no goza de evidencia ni puede ser demostrada"... todavía

No es que yo sea religioso de ninguna secta, pero veo claramente que hay muchas cosas que hasta hace poco "eran cuestión de fe" para la mayoría, que poco a poco van siendo sacadas a la luz como realidades, para nosotros los escépticos que preferimos abordar todo con la razón: ej: The Tao of Physics de Fritjof Capra

Anónimo dijo...

... ... con "todavía" no quiero decir que pienso que toda cuestión de fe sera comprobada como realidad, sino que veo que la posibilidad existe.

Mamá-Z dijo...

Absolutamente acertada la palabra añadida, Ujaní. De hecho, debo decirte que muy en el fondo de mi corazón hay el deseo intenso de descubrir que, por ejemplo, mi madre está en el el Cielo que ella imaginaba en vida, desde su fe: un jardín hermoso donde las almas se pasean libres y han rescatado el cuerpo terrenal de su primera juventud.

Sin embargo, siese jardín divino existe y si logramos demostrar su existencia, automáticamente perderá sentido el tener fe en él. Ya no será fe, sino conocimiento empírico.

No sé si soy claro, Ujaní. Quiero decir que yo no tengo fe en que los pájaros vuelan, sino que entiendo que los pájaros vuelan.

Mamá-Z dijo...

Me ha entrado una gran alegría saber quién eres, Ujaní.