jueves, noviembre 23, 2006

¡Vuelve Chicago a Ruta 61!

Hoy comienza una larga y deliciosa noche, que terminará en la madrugada del domingo.

Blues de Chicago, blues de todos los sabores y de todos los colores, blues de una tercera generación dispuesta a mostrar que esta música está viva, vivísima, y que es ya patrimonio de la humanidad, referencia espiritual de muchos y andamiaje de nuestra eternitud.

Quienes asistamos a Ruta 61, tendremos la oportunidad de salir de día del Hoochie Coochie Bar a dormir un poco, a bañarnos, a desintoxicarnos, a comer algo y a trabajar nuestras respectivas horas de chamba (somos asalariados, y nadie en la oficina va a creernos que la abuela volvió a caerse y que requiere de nuestros cuidados diurnos).

Cumplidas nuestras obligaciones matutinas, nos regresamos a Ruta 61 y... ¡nos metemos de lleno en el blues de Chicago, otra vez!

Para colmo de bienes, los obsesivos podemos colmar nuestro gozo desde el Teatro de la Ciudad. En ese hermoso recinto se celebrará el X Festival de Blues, que presenta un cartel ampliado (y en esa ampliación destaca la Siegel-Schwall Band, compuesta por Corky Siegel, Jim Schwall, Rollo Radford y Sam Lay -los neofitos del blues ubicamos a este baterista por su participación en el Highway 61 Revisited de Bob Dylan).

En fin, ahora más que nunca cobra sentido la sugerencia de comer frutas y verduras, porque James Super Chikan Johnson, Otis Taylor, Billy Branch, Zara Young, Dave Specter, Peaches Staten y Shirley Johnson, todos ellos distribuidos en tres noches de lujo de Ruta 61, nos van a quitar el sueño y el hambre, como nos lo quita un buen amor.

En lo que pasan las horas, ansiosos lectores, los invito a leer el reportaje que Tania Molina Ramírez publica hoy en La Jornada.

Ahí mismo aparece la siguiente fotografía, que retrata a un grupo de amigos de Ruta 61 en el Blues Heaven Foundation: Raúl de la Rosa, Shirley Johnson, Marie Dixon (viuda de Willie), Gilles Aniorte y Dave Specter. Faltan en la imagen Tania, que tomó la fotografía, y Nuestro Señor Lalocristo, Eduardo Serrano, que seguramente fue a comprar los clavos para la cruz que le espera esta semana.

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