
Octavio Soto, el Charro, es un excelente guitarrista, con gran sentido del espectáculo y con una singular manera de hacer blues. A ver si mañana, viernes, la banda sigue compuesta por quienes le están dando a Octavio la fuerza indispensable para que él se desarrolle con toda tranquilidad en el escenario: José Luis Sánchez, de Vieja Estación; Federico Luna, de la banda de Memo Briseño; Rafael Herrera, de Los Calcetines; y el baterista, de quien sigo sin saber más que su apellido: García.
¡Nos vemos, entonces, el viernes santo, después de acompañar a Nuestro Señor Jesucristo durante su calvario! Para cuando el Charro esté tocando, al maestro Jesús sólo le faltarán algunas horas para resucitar, y tenemos que estar listos para el sábado de gloria.

A Javier García y a Ignacio Espósito, por favor, déjenlos disfrutar de su asueto. Los bateristas están más contentos en la barra, ya me he dado cuenta.
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