jueves, enero 10, 2008

Del Evangelio según Pedro Miguel

Muerte y resurrección de un bloguero

Fragmento de Navegaciones, de Pedro Miguel
La Jornada
Jueves 10 de enero de 2008
Ilustro las palabras del autor con viñetas de la serie Ego,
de Gerardo María Aguilar Tagle



Lo estoy diciendo a gritos:
Faltan puentes.
Lo principal de todo son los puentes.
(Colgantes, subterráneos, levadizos.)
Hagamos puentes, puentes, puentes.
Ángela Figuera Aymerich

En el de Guadalupe-Reyes perdimos a otro puente fundamental: Gerardo María Aguilar Tagle, Wichily McCoy, roquero histórico (compositor y letrista de Mamá-Z y de Las Moscas de Metepec, por ejemplo), dibujante delicioso, bloguero dedicado y empeñoso, manifestante terco y amigo singular del que navega: no se conocieron casi nunca, o se vislumbraron apenas en una marcha o en un café, pero en la segunda mitad del año pasado se desarrolló entre ellos una amistad entrañable y buena por los senderos misteriosos del intercambio de posts y comentarios en sus respectivos blogs, el correo electrónico y unas cuantas conversaciones telefónicas.

El 25 de julio, Gerardo escribió en un post enigmático:

Fuera de circulación hasta nuevo aviso. Los dioses, enojados por mis oraciones blasfemas, me han dejado postrado y acompañado únicamente por demonios que se divierten estrujándome las entrañas
.

Después supimos que le había sido detectada una mala onda en el páncreas y que había sido sometido a cirugía. El 23 de agosto, desde su cama de hospital, hizo postear una viñeta para tranquilizarnos y en los días siguientes dio a conocer al mundo unas fotos tremebundas de la ídem tajada que los galenos le habían practicado en la panza. El 23 de octubre festejó su cumpleaños número 52, siguió ofreciéndonos, vía blog, sus ilustraciones asombrosas, y todo indicaba que su recuperación iba lenta, pero firme. El 11 de diciembre subió un último post:

Tengan para que se entretengan: tengo el doble de la edad que tú tenías cuando yo tenía la que ahora tienes. Cuando tengas la que ahora tengo, entre los dos sumaremos 63. ¿Que edades tenemos actualmente?

Diez días más tarde, el viernes 21, se murió.

Agustín, su gemelo precioso, anunció el 30 la resurrección del Tlacuiloco y el primero de enero fundó La Iglesia del Buen Gerardo (Diversiones Ateas, SA de CV). Para festejar ambos acontecimientos, el próximo viernes 18 de enero, en Ruta 61 (Baja California 281, colonia Hipódromo Condesa, 5211-7602) se presentará el concierto Yo soy la Mosca, la Verdad y la Vida, con Las Señoritas de Aviñón y Vieja Estación.

Del Evangelio según Colibrí
por Judith Bravo

...Y Agustín, ying sin yang, polo opuesto que un aciago día nemontemi amaneció sin contraparte, hoy camina (o apenas se arrastra) en una atmósfera fría, oscura, con una procesión en el que la Muerte (por delante) toca una campana, mientras se escucha un miserere. Corre 2008 y sufre el desamparo, la ausencia de su mitad. Él, incapaz de acostumbrarse al vacío. Cuando se ha dado tanto, la vida toda, nada es relativo, todo es total. El amor es absoluto.

Jala Agustín el ataúd con los restos de Gerardo. Las cenizas van dejando el rastro de su paso inmortal por esta tierra. Y en el aire un susurro se deja escuchar : Sólo duermes.

Traicionar el amor es traicionar a Dios, y entonces nos queda claro cómo amar a Gerardo, Agustín…y lo vas a lograr: sublimar la parte del corazón que te amputaron. Sólo por el valor que tienes para vivir el dolor y demostrar el amor con la frente en alto, te mando un abrazo, porque ya comprendo lo que es...

Del Evangelio según Juan Carlos
por Juan Carlos Aguilar Tagle

¡Claro que la vida es injusta! Si cuando apenas le estamos agarrando la onda es que se acaba. ¡Y claro que la muerte es injusta! Si es un pasillito muy angosto por el que nos tenemos que ir de a uno por uno. ¡Qué bien para los que ya pasaron!, pero que friega para los que seguimos formados. Pero ni me apuro, porque si Lalo se burlaba tanto de la vida y en ella burló tantos infortunios, siempre con éxito, no tengo duda de que también ha burlado la muerte. ¡Qué envidia nos das, Lalo! Una enfermera llegó a los cuneros donde estabamos los ocho, y fue a ti a quien te llevó primero a los brazos de mamá. Tu ya estás con ella, calientito, mientras nosotros seguimos chille que chille. Bueno, papá se ha quedado a cuidar los cuneros y también estamos bien por acá. Algún día los cuneros quedarán vacíos y todos seremos plenamente felices.

2 comentarios:

JC dijo...

Y si siempre fueron uno mismo en dos, ahora serán los dos en uno solo. Uno aquí y el otro allá. Agustín con nosotros, recordándonos a Gerardo y Lalo con mamá, recordándole a Tino. Algún día, pronto, no necesitaremos recordarnos más, porque volveremos todos a ser presente y volveremos a bailar juntos en ese pasillo de siempre, frente a la sala, desde donde los Dioses nos miraban con paciencia y ternura. "Y vieron los Dioses que éramos buenos y descansaron al noveno día".

Mamá-Z dijo...

Juan Carlos, no por más pequeño eres menos grande.