lunes, junio 11, 2007

¡Vuelve Billy Branch!

Fue hace un año y cuatro meses, en febrero de 2006, cuando Billy Branch se presentó por vez primera en Ruta 61. Dije entonces que Lalo Serrano no es sólo el inteligente dueño del Hoochie Coochie Bar sino que, además, se ha convertido en un excelente promotor cultural, capaz de convencer a figuras de primera línea para que vivan la experiencia de tocar en nuestra ciudad: John Markiss, Deitra Far, Luis Robinson, Graná Louise, Dave Specter, Carlos Johnson, Peaches Staten, Billy Branch. Y a la calidad tangible de estas visitas hay que añadir, claro, la que nos ofrece un buen número de bandas locales como Pangea, Vieja Estación, Las Señoritas de Aviñón, Betsy Pecanins, El Charro y los Moonhowlers, Memo Briseño, La Dalia Negra y Larifer, entre otras.

¿Quieres, lector ansioso, saber cómo van a estar las cosas este fin de semana? Escucha esta belleza: Crazy Mixed Up World, de Willie Dixon, un himno a la música, un canto de amor la vida en medio de este mundo loco. ¡Contigo, Billy Branch y Vieja Estación!

En este preciso instante, recibo la llamada telefónica de Lalo desde el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago (a ver qué día le quitan ese nombre tan feo y lo rebautizan como el Wang Dang Doodle International Airport).

-¡Hola, Agus!
-¡Lalo! ¿Ya estás en México?
-No, estoy en el aeropuerto de Chicago…
-¡Ah!
-Oye, te hablo para… ¡Uy, espérame! Hubieras visto lo que acaba de pasar…
-¿Qué?
-¡No, no, no! Dios mío. Bueno, te decía…
-Lalo, ¿estás en Chicago o en Zipolite?
-¡En Chicago! Mira, te quiero pedir un favor…


Eduardo viajó a Chicago para estar presente en la reciente edición del Festival de Blues de esa ciudad. Ya nos contará cómo le fue. Quiero suponer que, entre gozo y gozo, Lalo trabajó en la afinación de detalles administrativos para la inminente presentación de Billy Branch en Ruta 61 (jueves 14, viernes 15 y sábado 16 de junio). Porque Vieja Estación, la banda que acompañará al armonicista, está ya más que lista.

A fe de múltiples notas periodísticas, el gran momento del segundo día del Festival de Blues de Chicago fue, precisamente, la celebración de los treinta años de The Sons of Blues, en el Grant Park. Durante más de dos horas, Billy Branch y sus compañeros de banda (entre ellos, dos conocidos de Ruta 61: Lurrie Bell y Carlos Johnson) tocaron como lo que son, ya por sangre, ya por causas de honor: los hijos directos del blues, segunda generación que ha sabido mantener el espíritu de sus padres y de sus tutores (otro amigo, Raúl de la Rosa, también estuvo en Chicago, y de él podemos leer ya su primera crónica sobre el festival en La Jornada de ayer).

Recordemos lo que sucedió hace casi un año y medio.

El jueves 2 de febrero de 2006, durante el primer concierto de Billy Branch en Ruta 61, comprobé lo que he sabido desde siempre (y así lo escribí en esta bitácora): que Vieja Estación está a la altura del compromiso que significa acompañar como banda a un músico formado en la mejor escuela del blues. En aquella primera ocasión, el armonicista de Chicago y la banda argentina mostraron cómo la belleza del blues siempre pende del talento y la capacidad expresiva de los músicos. Billy pudo decir su discurso gracias, en gran parte, a que Ignacio Espósito, José Luis Sánchez, Mauro Bonamico y Santiago Espósito ejecutaron con sorprendente acierto las piezas que apenas si habían ensayando uno o dos días antes: Bring it on home, Grown mery, The blues follow me around, Crazy mixed up world, Everysight to the blind, Crank it up sckecht my beck, Boom Boom, Crazy mixed world, Got my mojo working, Key to the Highway y otras.

Ezequiel Espósito, voz principal de Vieja Estación, también fue llamado por Branch, y pudimos entonces escuchar dos voces sin otra geografía que la isla del blues. También subieron Betsy Pecanins y Male Rouge, descritas por el visitante como my princess y a sexy girl.

La noche del viernes 3 de febrero de 2006 fue extraordinaria en muchos sentidos: abarrotado el bar, Lalo Serrano tuvo que dar instrucciones para bajar la cortina y, así, evitarse la pena de decir a los rezagados que ya no cabía ni un alfiler. Billy Branch se dio entero, sin condiciones, incluso sobrepasando los límites de la bondad y la complacencia: no sólo tocó blues como los grandes (porque él es un grande), sino que, además, se dio tiempo para dictar cátedra y expandir la idea de que el blues es más que un género musical: es un gesto humano, una sudoración, un brote universal del alma.

Algo semejante sucedió al día siguiente, el sábado 4 de febrero de 2006. Y el fin de semana amarró bien, porque a las ocho de la noche del domingo se transmitió por radio la primera parte de la entrevista al armonicista, con la presencia en cabina de Octavio Herrero, Lalo Serrano, Cecilia García-Robles y, por supuesto Raúl de la Rosa, conductor del programa Por los senderos del blues.

En realidad, ésta será la cuarta visita de Billy a México, pues a la presentación de febrero de 2006 en Ruta 61 hay que añadir su participación en uno de los festivales de blues organizados por Raúl de la Rosa a fines de los setenta y principios de los ochenta (seguro lo vi, pero no recuerdo con exactitud la edición), así como su reciente intervención en el X Festival de Blues organizado también por Raúl, en noviembre del año pasado, en el Teatro de la Ciudad y el Monumento a la Revolución. Asimismo, queda en la memoria de todos nosotros la escapada que en esos días se dieron Branch y una docena de músicos divinos para improvisar una fiesta histórica en Ruta 61, donde doña Marie, viuda de Willie Dixon, nos dio la bendición y nos regaló su sonrisa permanente.

Termino esta entrega con la transcripción del boletín de prensa que preparé para esta semana. Tengo la ligera sospecha de que el texto no es enteramente de mi propia inspiración. Es probable que haya traducido varios artículos encontrados en la red, y con ellos haya pergeñado una ensalada sin mucho estilo.

La sangre y las virtudes de una segunda generación
El mejor armonicista de Chicago ofrecerá tres funciones en Ruta 61
14, 15 y 16 de junio

Ruta 61 vuelve a tender el puente que desde hace tres años lo une con Chicago, y trae a escena por segunda vez al mejor armonicista de la Ciudad de los Vientos, Billy Branch, aquel joven que en los setenta sustituyó al legendario Carey Bell, recientemente fallecido, en la banda de Willie Dixon.

Para la armónica y para el blues hay, sin duda, horizontes amplios y promisorios; y en ellos se percibe la figura de Billy Branch como protagonista indispensable.

Billy Branch creció en Los Ángeles, y regresó a su natal Chicago en 1969. Fue entonces cuando, inspirado por la maestría de Big Walter Horton y Junior Wells, decidió labrarse un nombre y una carrera. Con ese ánimo a flor de piel, tuvo la oportunidad de sustituir a Carey Bell en la Chicago Blues All-Stars de Willie Dixon y de codearse con la crema y nata del blues, además de desarrollar una personalidad propia y de tejerla con la influencia directa de leyendas vivas y talentos extraordinarios.

Maestro y músico -excelente en ambos oficios-, Branch no sólo es, como armonicista, la primera persona en la que piensa una banda para una sesión de grabación en Chicago, sino que, además, dirige desde finales de los setenta el trabajo de The Sons of Blues, acopladísimo cuarteto que, a pesar de sus numerosos cambios de personal, ha sabido mantener el espíritu original del blues de Chicago.

En sus inicios, The Sons of Blues contó con el guitarrista Lurrie Bell (hijo de Carey) y el bajista Freddie Dixon (descendiente de Willie), quienes contribuyeron con su destreza personal y con la fuerza de su propia sangre. Más tarde, la banda quedó constituida por el guitarrista Carlos Johnson, el bajista J.W. Williams, el baterista Moses Rutues y el propio Billy Branch, y con esta formación grabó, en 1983, Where’s my money?, álbum en el que también participaron Pete Crawford, Rufus Foreman, Kurt Berg y Jimmy Walker. Apenas lanzado el disco, se unió el guitarrista Carl Weathersby, y J.W. Williams fue sustituido por Nick Charles.

Hoy, Ruta 61 puede decir con orgullo que un porcentaje importante de The Sons of Blues ha pisado su escenario: Billy Branch, Lurrie Bell, Carlos Johnson, Moses Rutues y Nick Charles.

A pesar de tener una agenda repleta de grabaciones y conciertos, Billy Branch siempre encuentra tiempo para contribuir en la formación musical y cultural de los jóvenes de su país, sobre todo entre los sectores más pobres de Estados Unidos.

Con el propósito de garantizar la calidad original de Billy Branch, el armonicista estará acompañado por Vieja Estación, banda argentina que ha demostrado no sólo talento y calidad, sino, además, una sorprendente capacidad para sostener el alto nivel de los músicos de Chicago que se han presentando en Ruta 61 en los últimos dos años (de hecho, Billy Branch afirma: Vieja Estación es mi banda en México).

Es conveniente hacer reservaciones anticipadas para cualquiera de los tres días, llamando a los teléfonos de Ruta 61: 5256-0667 Y 5211-7602 (o escribiendo a eduardo@ruta61.com).

3 comentarios:

Cazador de Tatuajes dijo...

Ahi estaremos

(menos mal, no todo fueron malas noticias hoy)

tlacuiloco dijo...

Pero y ¿que le paso a Lalo en el Aeropuerto?. Si no lo aclaras,nos quedaremos con la idea de que al estar hablando contigo fue testigo de un ataque terrorista, o se orinó en los pantalones, o, desde donde estaba, vió como abrian su maleta y encontraban el Kit de juguetes sexuales que les habia comprado a sus amigos.

Dog_save_us_from_God dijo...

´Nosotros ( mi esposa y yo) asistimos al concierto del sábado, com escenario tomado por Lora & Cía (¿o era Lora el tomado?) y una buena charla con el maestro Lalo Chico. La calidad del jam no fue excelente, pero la diversión nos pemitió abandonar el bar casi a las 5 am, recuerdo felizmente la birria matutina de San Camilito.

Esperamos poder asistir al del sabado.

Buena noticia.