Hasta ayer, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) había recibido 150 quejas de habitantes de San Salvador Atenco, entre ellas 16 por abuso sexual y 7 por violaciones contra mujeres de entre 20 y 50 años de edad -a algunas les introdujeron objetos y los dedos por el recto-, todas cometidas por elementos policiacos durante el traslado de las detenidas al penal de Santiaguito.
Víctor Ballinas, La Jornada, 10 de mayo de 2006, página 3.
No acabo de llegar a la ciudad, y ya estoy otra vez en sus bullicios y algarabías, en sus pleitos y en sus sonrisas, en sus escondites y en sus balcones.
El viernes 28 de abril asistí, como es de rigor, a la indispensable velada en Ruta 61, para gozar de los regalos musicales que una vez a la semana ofrecen, cada banda a su manera, Vieja Estación y Las Señoritas de Aviñón.
¡A propósito, por fin encontré el blog de Jaime Holcombe! Te invito, curioso lector, a visitarlo (Señoritas a ritmo de blues). ¡Presionemos a su autor para que escriba más seguido, carambas! Por ahora, Jaime reflexiona sobre sus raíces y sobre la música que su padre le contagió.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Quisiera expresar mi más sincera opinión sobre este post con la siguiente onomatopeya:
¡¡¡EKTRAMFGRCASSRAKKKRMPOCNTDOO!!!
Bueno, Nicolás, quiero pensar que tu palabra es onomatopeya del ruido que hace una mariposa al estrellarse en la nuca de un pingüino que observa un trébol y canturrea en susurro No te quiero conocer mientras espera que le sirvan, en la terraza de un restaurante de Polanco, su foie gras –milagro de la cocina lasciva- y firma a la vez un documento contra la sobrealimentación de los gansos.
Agustin, no te rompas la cabeza tratando de buscar un significado coherente a cualquier cosa que salga de mi hermano,lo que pasa es que nunca aprendio a hablar bien.
Jajajajaja... El amor de hermana es el amor de los alacranes.
Publicar un comentario